En cada año electoral, y en campaña proselitista, se hace cada vez más patente la carencia de propuestas serias, concretas, realizables que evidencia la dirigencia política y que padece la ciudadanía, teniendo en cuenta que esa información es esencial a la hora de ejercer nuestro derecho al voto que, esencialmente, y entre otras cualidades, debe ser "informado".
A nivel nacional o provincial, y más allá de algunos logros que exhiben los oficialismos y criticas que hacen los opositores atacando flancos débiles del partido gobernante, las propuestas (cuando las hay) son vagas, muy generales, sin especificidad y, claro, comunes a todas las ideologías o expresiones partidarias.
A nivel nacional o provincial, y más allá de algunos logros que exhiben los oficialismos y criticas que hacen los opositores atacando flancos débiles del partido gobernante, las propuestas (cuando las hay) son vagas, muy generales, sin especificidad y, claro, comunes a todas las ideologías o expresiones partidarias.
En Santa Fe, los partidos no aprovechan los espacios gratuitos en medios
audiovisuales para difundir propuestas, sino para poner fotos de candidatos,
algunos mas conocidos que otros, a veces acompañados por otra figura relevante,
para lograr un mayor conocimiento y/o posicionamiento en las preferencias del
electorado. Los cartelones que inundan la ciudad parecen publicidades de pasta
dental, mientras los candidatos recorren barrios y ciudades que ni siquiera sabían que
existían hasta que se volvieron “candidatos” y se abrazan con cuanto transeúnte
desprevenido acierta a pasar cerca de su puesto de campaña, juegan al fútbol, comen empanadas, juntan basura, reciclan plásticos, visitan comedores barriales y se acercan al "pueblo" de mil maneras diferentes
Lamentablemente, nos acostumbramos a eso.
Las propuestas (o promesas, como las llamamos cuando las incumplen) no son
importantes. O no son mas importantes que la persona del candidato. Ni ellos
nos cuentan de sus propuestas, ni nosotros se lo exigimos. Y así, vamos a las
urnas sin conocer si el fulano propone cosas viables. O si, al menos, propone
algo.
Los políticos y políticas que se postulan a cargos electivos deben
compartir con la ciudadanía su visión de la realidad, sus propuestas en caso de
ser electos, en cada uno de los temas relevantes para la sociedad santafesina
(seguridad, educación, salud, vivienda, trabajo, etc.) para que cada uno de nosotros
pueda evaluar sin presiones “electoralistas” ni “clientelistas” cada una de
ellas y así poder decidir libre e informadamente, a quien vamos a otorgarle el
poder a través del voto.
En mi opinión, la mejor manera de contrastar visiones y propuestas es
escuchar a quienes pretenden nuestro voto, decirme, y decirnos, públicamente y a
viva voz, no solo que es lo que proponen, sino también como llevarán adelante
aquello que proponen. Y que se permitan o se nos permita escuchar y plantear
objeciones, repreguntas y críticas, todo ello en un marco de orden, respeto,
igualdad y previsibilidad.
Esta metodología, que tiene su mejor expresión en lo que conocemos como
“debates pre electorales”, no solo permite a los ciudadanos conocer de primera
mano a quienes pretenden representarnos, y como pretenden hacerlo, sino que
cumple con estándares democráticos aceptados y practicados en la mayoría de los
países, como los de información pública, rendición de cuentas, voto informado,
etc.
A nivel nacional, el año 2019 marca el
“estreno” de la ley de debates obligatorios para candidatos a Presidente de la
Nación. A nivel de las provincias no existen leyes al respecto que ubiquen a
los debates como parte obligatoria y esencial de las campañas electorales. También es momento de pensar en incluir esta práctica en la legislación santafesina.
Ello no puede, ni debería, ser impedimento
para lograr que todos y cada uno de los candidatos a Gobernador de nuestra
provincia, y porque no, los candidatos a cualquier categoría electiva, se sometan al escrutinio, previo y público, de sus potenciales
votantes, a los cuales deberán contarles que piensan hacer en, y con, el poder que,
eventualmente, se les va a confiar.
Es muy frecuente que la iniciativa para la
realización de los debates electorales provenga del sector de los medios de
comunicación, por si solos o en alianza con otros, o de la sociedad civil
(ONG’s) para facilitar la plataforma de debate. Y también algunas de las
autoridades electorales participan activamente para generar condiciones y
reglas de equidad. En algunos casos los facilitadores han sido medios de
comunicación. En Santa Fe no hay, ya dijimos, ley que obligue a los candidatos
a debatir, ni las autoridades electorales tienen esa facultad.
Si tenemos un medio audiovisual estatal
como 5Rtv (hoy Televisión Santafesina), tenemos medios de comunicación gráficos, radiales y escritos privados que difunden "publicidad electoral",
tenemos organizaciones intermedias, asociaciones civiles que tienen como objeto
principal la promoción y defensa de DDHH en general, y de la libertad de expresión,
de los derechos políticos y la transparencia, en particular, que además de
tener una finalidad netamente económica (los medios), deben cumplir, todos
ellos, una función eminentemente social, ¿por que no los aprovechamos?. La democracia necesita medios de
comunicación que se constituyan, no solo en el vehículo de la información,
sino, y esencialmente, conjuntamente con las asociaciones intermedias, en contralores de la actividad política, y en “educadores” respecto de los diversos aspectos de los procesos electorales.
Todo ello, claro está, dentro de una efectiva libertad de expresión.
Sabido es, además, que los medios juegan un importante papel en la determinación de agendas políticas, fijando los temas
de interés, que obligan a los partidos y candidatos a seguir esas
agendas, muchas veces en contradicción a sus propios intereses. De ahí que el
rol de los medios es, en los hechos, el de un poder real dentro de
cualquier proceso electoral. Son verdaderos "actores políticos".
Siendo esto así, ¿Cómo
es posible que, en estas instancias, ningún medio de comunicación público, ninguna organización
de aquellas que nuclean grupos de interés, ninguna Universidad o asociación
profesional, por ejemplo, nunca haya tomado la posta para llamar a los candidatos a Gobernador, Diputados, Concejales, a debatir públicamente, frente a toda la sociedad? Seguramente, por el rol que
cumplen estos medios y organizaciones, los candidatos lo pensarían dos veces antes de
negar su participación, si se les asegura una planificación transparente,
objetiva y consensuada del debate en general, y de los temas a tratar, en
particular.
Solo los medios privados rosarinos se ocupan (menos mal) del tema, y los candidatos acceden a debatir democraticamente.
En defecto de la iniciativa privada, no hay en el ámbito público, parlamentario (a pesar de que existen varios pŕoyectos), ninguna atención sobre este tema, los debates pre electorales, como símbolos de una democracia solvente, una discusión política y candidatos maduros, que tengan como centro de interés a la opinión pública y a la publicidad de sus "intenciones" como objetivos.
¿En algún momento la Legislatura decidirá que es hora de poner énfasis en la legislación electoral, o dejará, como en el caso del "Voto Joven", que todo pase?
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